Nos sentimos como en casa desde el primer momento. El alojamiento tiene todo tipo de comodidades. Per, el anfitrión es un encanto. Nos lo ha puesto todo fácil. Es atento y ha estado pendiente de todas las posibles necesidades. La casa está perfectamente equipada, muy cuidada, limpia, con gusto y detalle. La terraza es un oasis de inspiración, calma y contacto con la naturaleza. Repetiríamos encantados.